¿INFORMAR?, ¡¿PARA QUÉ?!


 ¿INFORMAR?, ¡¿PARA QUÉ?!


En motivo de un mes en Paro Nacional en Colombia, resuena un fenómeno social que empieza a reproducirse en masa y que permite ver desde los ojos que están en los lugares de enfrentamiento directo, de resistencia y de movilización, la realidad que se vive en nuestro país. 

Este fenómeno es el incremento de los medios de información alternativos que circulan en las redes sociales, cosa que nos plantea interrogantes frente al crecimientos de los mismos.  Hoy en día es más usual que nunca ver “en vivo” en redes tales como Facebook, Instagram, ver videos de lo que nos pasa en TikTok, Kwai; Ver en tendencias numerales en Twitter sobre algún evento particular, una ciudad, un muerto más...; cadenas de información en Whastapp. Todas estas formas de comunicación audiovisual tienen un solo propósito, contar la realidad sin censura, emitir denuncias sociales que de otra manera no serían escuchadas, permitir que la voz de aquellos que luchan lleguen a más personas; es decir, se dedican a informar.

Esto no es de asombrarnos, era cuestión de tiempo, pues “La mayoría de los medios de comunicación se concentran en pocos grupos que producen el contenido que la sociedad procesa cotidianamente, siendo prácticamente el vehículo más importante de la información con la que los ciudadanos asumen muchas de sus decisiones políticas y económicas.” (Macaroff, A.; 2010), tales medios como Caracol Televisión y RCN, con sus diversas ramificaciones de medios masivos que han conformado una hegemonía a favor de la(s) clase(s) dominante(s) y que dictaminan qué es lo que se debe ver, cómo se debe ver y direccionan el impacto que esto debe tener en la sociedad.

El ocultar las violencias por parte de las autoridades; deslegitimar la protesta social en el país, pero estar a favor de ella cuando se gesta en países vecinos; censurar información, tergiversarla, recortarla u omitirla son parte de su diario accionar. Siguiendo un patrón de encabezados sensacionalistas que buscan señalar directos responsables para provocar divisiones internas, permitiendo así que las élites puedan pensar nuevas formas de propaganda y de ejercicio de violencia.

Debido a esto, la sociedad civil -que siguiendo los principios del republicanismo- como constituyente primaria de la voluntad política y piedra angular de todo Estado consolidado, se toma desde sus propios medios la transmisión de la información pues ya no se siente representada, permitiendo así que entre nosotros, generemos la información; no recurriendo a intermediarios que alteren la misma. De esta manera todo es momentáneo, sin censura, sin ediciones, mostrando la cara oculta de la protesta pacífica, dando voz a los que son olvidados o inadvertidos pues no representan para los medios tradicionales un sector influyente.

La crisis nacional -que se ha gestado desde la independencia- ha contado con movimientos reaccionarios como la insurrección de los comuneros, las guerrillas campesinas y urbanas junto a formas pacíficas de resistencia; han sido de una u otra forma aplacados por el monopolio de la información del Estado, recordemos cómo en la toma del Palacio de Justicia (1985), la ministra de comunicaciones Noemín Sanín emitió la orden de que transmitiera el partido de fútbol de Colombia contra Argentina.

Hoy en día se buscan nuevas formas de censura como controlar el tráfico de información, bloquear/censurar ciertos tipos de contenido en las redes sociales, eliminar funciones, bloquear perfiles. Sin embargo, la información es mucha, los medios alternativos individuales o colectivos emergen como forma de exponer los eventos al instante.

Por esto, los medios alternativos de información resultan cruciales en el entramado del accionar social, para emitir mensajes de prevención, de alertas, de denuncia, de alegría, de cultura, de paz; sin estos actores muchas personas que antes eran indiferentes a la realidad, ahora se sienten atravesadas pues logran ver con sus ojos, escuchar sin modificaciones e incluso sentir lo que sucede en nuestro territorio. 

Invitamos así a las personas a seguir aquellos medios o personas que emiten información de contracultura, alternativa, sin censura, que cuestiona, para que la sociedad colombiana siga en lucha y llegue a transformaciones de fondo en el país y para que el mundo se entere de las atrocidades cometidas por el Estado.

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