¿Abstenerse a votar?



Son tiempos difíciles para la clase obrera, los sectores estudiantiles, campesinos y populares de Nuestra América, ante el avance de la crisis social, política y económica que tiende a profundizar las condiciones de desigual, hambre y de vulneración de derechos tan básicos para una vida digna, como consecuencia de la profundización del sistema capitalista, autoritario y patriarcal. Un sistema que ha permanecido por más de 200 años bajo las banderas del republicanismo y una falsa democracia. 

El año 2022 en Colombia, llega la coyuntura electoral que cada cuatro años nos impone el Estado y las elites políticas. Una coyuntura que ya tuvo su primer escenario el pasado 13 de marzo con las elecciones a Senado y Cámara, y las 12 circunscripciones de paz, quienes conformarán el Congreso, pero así mismo, de la "primera vuelta" de quienes se disputan la llegada a la Casa Presidencial. Proceso del cual podemos decir deja entre ver la reconfiguración del poder político en el país, del cual muchos y muchas son optimistas al considerar como ganadores a la izquierda institucionalizada y los llamados alternativos. Una situación bastante compleja cuando consideramos que se crea un falso espectro político que ubica a partidos o personajes en el centro izquierda o centro derecha, como cuando sale a relucir la falsa idea de humanización o el lado menos salvaje del capitalismo autoritario y patriarcal. Donde podemos ver a personajes como David Barguil del partido Conservador, quien en los debates anteriores a la consulta, sus discursos apuntaban hacía propuestas de tinte liberal. Pero así mismo, de personajes del partido verde, quienes se ubican en el centro, pero no tiemblan a la hora de aliarse con los conservadores y el uribismo. Situación que no es alejada de los caudillos del partido liberal.

En ese sentido, esta coyuntura electoral que nuevamente pone sobre la mesa la discusión respecto a la legitimidad y alcance de la que algunos consideran la democracia más estable de América Latina. En tanto, el abstencionismo suele ser el ganador, que para esta contienda estuvo por encima del 50 % y que si bien para las presidenciales suele bajar unos puntos, aun así se ha mantenido históricamente como tendencia. Situación que desde nuestra perspectiva nos lleva a generar una fuerte critica a esta democracia que desde sus inicios ha estado rotando entre las elites políticas que no dan un paso atrás para renunciar a sus privilegios de clase y entre quienes sirven como conciliadores, haciendo muy bien la tarea de cerrar cualquier posibilidad de un golpe de Estado. Del mismo modo, esta situación nos lleva a reflexionar que abstenerse a votar no soluciona nada, pues creemos que esto es solo un hecho que transcurre en la pasividad y no en la acción misma, es decir, permitir que todo continué y permanezca tal y como está, dejando abierta la posibilidad de que siga existiendo gobernados y gobernantes. 

Por ello, habrá que dejar como preguntas a la izquierda que hoy se disputa una parte del poder político ¿Cuál es la incidencia real dentro de las fuerzas políticas donde convergen? ¿Pesan más que la acomodada social democracia? ¿Más que la derecha que habita en sus convergencias? Sin desconocer las virtudes de muchas/os quienes forman parte de estas fuerzas políticas y han mantenido una constante lucha desde los diferentes escenarios sindicales, estudiantiles y barriales. Pero que finalmente nos separa al hacerle juego al Estado patriarcal y autoritario.

De ahí, que para nosotras/os estudiantes, trabajadoras, hijos e hijas de la clase explotada y sometida por años por estas élites políticas y económicas que han mantenido sus privilegios de clase gracias al Estado y su democracia, creemos firmemente que la abstención sin lucha de clases, sin acción directa es un hecho que permite la continuidad del Estado y el capital, dejando abierta la posibilidad de que un grupo siga delegando su participación política a verdugos para que decidan por nuestra libertad y derechos. Por eso, insistimos en que el abstencionismo debe sobreponerse por la organización directa, asamblearia y horizontal de la clase obrera, abriendo la posibilidad que desde allí brote la creatividad para superar la actual crisis y avanzar en la conquista de un mundo nuevo, sin explotadas/os y explotadores, en que actuemos directamente en el conflicto social y en la historia. En ese sentido, la tarea de quienes rechazamos esta democracia está en politizar y generar conciencia de clase entre ese porcentaje que se abstiene a votar por x o y situación. Al mismo tiempo que buscamos los escenarios de discusión, diálogo e intercambio de saberes que nos permitan construir acuerdos que minimicen las acciones individuales y aisladas para actuar colectivamente, acumulando fuerza y sin dar el brazo a torcer.

Porque 4 años de un gobierno no podrán darnos la libertad, la justicia y la igualdad, pues el Estado, las elites políticas y económicas jamás van a renunciar a sus privilegios, por tanto, se mantendrán a la sombra del Estado y sus escenarios de poder acumulando fuerza, por si llegasen a perder el poder político en esta oportunidad, ya sea para tomárselo vía elecciones o mediante golpes blandos como ha sucedido en países de Nuestra América, donde los y las de abajo son quienes sufrimos el golpe más fuerte.

SINDICATO DE OFICIOS VARIOS, SOV - NEIVA


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